Libertad sí, pero…
Escrito por Jorge Bastida, Publicado por Sonrisasforever
Hay muchas personas que dicen: “yo soy libre porque siempre hago lo que me da la gana, lo que quiero”. Se equivocan, son prisioneros de su egoísmo ciego. La libertad no compartida no es libertad, es egoísmo.
La libertad es hacer lo que se desea y permitir que los demás, especialmente nuestro entorno más cercano afectivamente, ejerza la suya. Eso coadyuva a que esa libertad derive en una felicidad compartida, la antítesis del egoísmo.
Me vino a la memoria una frase de Rabindranath Tagore, filósofo y poeta indio: “Me dormí y soñé que la vida no era más que alegría, me desperté y vi que la vida no era más que servicio, serví y vi que el servir era la alegría”.
Me he dado cuenta, con el paso de los años, que las personas egoístas no son alegres o acaban por no serlo. Nada hace más feliz que conseguir la alegría y felicidad de los demás, probadlo.
Treinta y cuatro años después, me doy cuenta que todo cuanto he deseado y conseguido ha sido porque me lo ha dado o permitido mi mujer- Y hablando con ella, todo lo que más feliz le ha hecho lo ha conseguido porque yo se lo he dado o permitido. Cada uno de nosotros mismos hemos tenido lo que más deseamos a través del otro. Y lo hemos hecho libremente, sin imposiciones, con entrega, con amor verdadero. Eso es la libertad auténtica, la libertad compartida. Lo otro, hacer lo que nos da la gana individualmente, no. Eso es egoísmo y hacer oposiciones hacia la soledad. Me apetece estar con quien libremente me deja ser libre. Porque así ganamos todos.
Y un consejo a los egoístas para que dejen de serlo. A través de una frase anónima que resulta adecuada en este momento y en este blog: “Sonríe, aunque solo sea una sonrisa triste, porque más triste que la sonrisa triste, es la tristeza de no saber sonreír”.
¡Hasta pronto!